Dadas sus características naturales y sus similitudes en cuanto al diseño con el reportaje tradicional, el parallax aplicado al reportaje es una fuerte herramienta al servicio de los medios para devolver al género en internet la grandeza que otrora tuviera en las páginas de las revistas y los periódicos.
Desde el punto de vista del diseño, un parallax sirve básicamente para intentar dotar de una tercera dimensión a la web en el desplazamiento de objetos, sobre todo al navegar (hacer scroll), y contrarrestar la planitud usando imágenes en varios planos que se mueven o desplazan a distintas velocidades para dar sensación de profundidad y dinamismo gracias al HTML5 y al CSS3.

Sin embargo, esta técnica que encuentra su origen en experimentos tan fructíferos como la cámara multiplano ideada por Walt Disney, presenta una serie de limitaciones y peculiaridades que la hacen especialmente adecuada para determinados contenidos.
Fragmentación y fuerte componente visual
Teniendo en cuenta las características de diseño ya mencionadas, se deduce que no toda web es susceptible de presentarse como un parallax. Debe haber algo muy concreto que contar, dividido en capítulos o fragmentos, y ha de tener un fuerte componente visual.
Por otro lado, el parallax es un elemento que permite sumergir al usuario en la historia, por lo que debemos verlo como un recurso narrativo. Su utilización ha de aportar algo a lo que estamos contando.
Estos condicionantes conducen inevitablemente a las características del reportaje, entendido como un relato periodístico relativamente extenso, que incluye los resultados de entrevistas, investigaciones, etc., organizados en bloques temáticos con una estructura muy marcada.
Grandes reportajes en internet
Además, volviendo al diseño, la proximidad estética del parallax con la presentación que adopta el reportaje en una revista impresa es innegable. La utilización de grandes fotografías, despieces, citas e infografías ayudarán al espectador en ambos casos a reconocer el género más allá de la información noticiosa.
El New York Times es una inagotable fuente de ejemplos de este tipo, como “Snow Fall. The Avalanche at Tunnel Creek”, de John Branch, dividido en capítulos que incluyen animaciones en tres dimensiones para explicar lo ocurrido. También The Guardian, ofrece un interesante ejemplo en “America: Elect!”, bajo la forma de novela gráfica.
Pero más allá del periodismo, otros sectores como el de la publicidad están sacando buen partido del parallax al crear webs promocionales, bien contando historias concretas como Peugeot, bien explicando llanamente las características del producto como Motorola.
Asimismo, el cine ha encontrado un aliado perfecto para llevar el making of de sus películas a internet como ha hecho La vida de Pi.
En resumen, un parallax es más que un elemento estético y de dinamismo o una tendencia a seguir, es un formato que sirve para sumergir al usuario en la historia utilizando un fuerte componente visual acompañado de una narración bien estructurada en la que el reportaje periodístico es un gran aliado, aunque no el único campo para el que está reservado.